Los meses más fríos del año están lejos de ser los favoritos de los turistas del mundo, tanto que el invierno suele ser sinónimo de temporada baja en los destinos más visitados del mundo, con la excepción de las estaciones de esquí y del período de Navidad y fin de año.
En Praga no es diferente. Para el que ya visitó Praga en primavera, verano u otoño, la reducción del número de visitantes en esta época del año es más que evidente. Queda la duda, ¿será que los que evitan Praga en diciembre, enero y febrero no se están equivocando? ¿Será que no se están dejando de considerar algunas ventajas importantes?
Para ayudar a resolver esas dudas, hemos hecho una lista de aspectos positivos del invierno en Praga. Son preferencias personales, por eso vas a tener que leer el texto y ver si coinciden con las tuyas. Y si te gusta lo que te contamos aquí, ya sabes cuándo reservar tu visita a Praga.
Las ventajas de visitar Praga en invierno
Hay menos turistas en las atracciones
Enero y febrero en Praga son los meses perfectos para los que huyen de las multitudes en las atracciones turísticas.

Que quede claro, no estamos diciendo que Praga esté vacía en todas partes y todo el día, porque eso es imposible en una ciudad que recibe 7 millones de turistas por año. Pero para lo que es habitual en Praga, el invierno es prácticamente un desierto. Y si te esfuerzas un poco, puedes, sí, encontrarte lugares vacíos (continúa leyendo para saber más).
Ningún turista después de ciertos horarios
Haz un esfuerzo, ponte un abrigo recio y sube al Castillo de Praga después de las 17 horas, por ejemplo. Ese es el horario en el que las atracciones cubiertas del complejo cierran, pero los patios siguen abiertos hasta las 22 horas. Es tu oportunidad de pasear por un castillo prácticamente vacío y de visitar el siempre abarrotado Callejón del Oro (el que tiene las casitas torcidas, donde vivió Kakfa) sin nadie a tu lado – y además, ¡sin pagar!

Todo se va vaciando conforme entra la noche, y tu recompensa será mayor conforme avancen las horas. Va a estar oscuro y va a hacer frío, pero también va a estar tranquilo y preciosamente iluminado.
El sol sale más tarde
Este punto es para los que, como nosotros, adoran levantarse pronto para ver y fotografiar la ciudad vacía. Y decimos lo de levantarse “pronto” entre comillas, porque en invierno el sol sale bastante tarde y ni siquiera hace falta esforzarse mucho para aprovechar la tranquilidad de la Praga matutina.

Para que tengáis una idea, a finales de enero se puede ver el amanecer en el Puente Carlos llegando incluso a las 8 de la mañana, como en la foto (hecha exactamente a las 8:34). ¿Te parece pronto? Pues en junio tendrías que estar en el puente a las 5 de la madrugada para poder hacer esa misma foto.
Bastante mejor que en invierno, ¿verdad?
Precios más bajos en los hoteles y ofertas
La baja temporada y la ausencia de turistas en invierno tiene un impacto directo en tu bolsillo: es la época del año con los precios de hotel más baratos en Praga, y con excelentes ofertas en páginas de reservas de hotel como Booking.

En algunos casos, se pueden conseguir descuentos de más del 50% sobre las tarifas aplicadas a los meses con mayor demanda.
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La felicidad en los días de sol
Siendo bien sinceros, el humor de los checos en invierno no es de los mejores, lo que por otra parte es bastante comprensible. Pero si tienes la suerte de disfrutar de un día de sol en invierno, aunque haga mucho frío, vas a ser testigo del increíble y maravilloso cambio que el tiempo bueno provoca en el pueblo checo.
Y si fuera un fin de semana, entonces prepárate para ver a la gente aprovechando las calles, los parques y la ribera del Moldava como si no hubiera un mañana.

Pocos días de lluvia
Vale, de acuerdo, los días de sol en invierno son escasos. Pero el otro lado de la moneda es que en Praga llueve muy poco durante esa estación. Los datos históricos de precipitaciones muestran que enero y febrero son los meses más secos del año – febrero es el campeón en número de días sin lluvia.
Sí, te va a hacer falta un abrigo recio para pasear por la calle, pero si te llevas un paraguas, es muy probable que no lo llegues a abrir.

El frío que no es tan frío
Es probable que te encuentres con un invierno menos riguroso de lo que te imaginas. En febrero de 2017, por ejemplo, hubo días con temperaturas de 7 grados positivos y días de sol en los que los checos salieron enloquecidos a las calles y los restaurantes trabajaron con las puertas y las ventanas abiertas para aprovechar el “calor”.

Claro que todo depende de tu suerte. En el enero que precedió a ese verano fuera de época, la temperatura llegó a los -10º. Pero, ¿por qué no arriesgarse?
Siempre recordando que dentro de la habitación de tu hotel y de todos los ambientes cerrados de la ciudad, vas a encontrarte calefacción.
La nieve
Praga es la ciudad más bonita del mundo (en nuestra opinión), y todavía se pone más guapa cubierta de nieve. Es verdad que, con un poco de suerte, también puedes ver nieve en otras épocas del año. Pero las mayores probabilidades recaen en el invierno.

Las desventajas de visitar Praga en invierno
No nos vamos a engañar, no todo son ventajas a la hora de visitar Praga en invierno. Los días son más cortos, está casi siempre nublado, puede hacer mucho frío y cuando la nieve se derrite las calles se ponen asquerosas (como en qualquier outro lugar en el que nieva).
Pero pensamos que, sinceramente, las ventajas superan a las desventajas. ¿Y vosotros? ¿Qué pensáis?