Los checos tienen sus tradiciones, costumbres y manías. Para que nadie te mire mal durante tus vacaciones, echa un vistazo a una serie de reglas de etiqueta en Praga que también son válidas para otros destinos en la República Checa. No son complicadas y algunas son de sentido común.
Etiqueta en Praga
Nunca te refieras a la República Checa como Este Europeo
Los checos no se consideran europeos del este y tienen sus razones para pensar así. La historia, la religión, la política y la cultura checa siempre han estado vinculadas a los países de la Europa Occidental.
Con poquísimas excepciones, las características de la República Checa que se vinculan al Este Europeo son resultado de las cuatro décadas de dominio soviético sobre el país. O sea, además de haber sido algo forzado, ese plazo de tiempo no es significativo en una historia de más de 1000 años de vínculos con Occidente.
Incluso desde el punto de vista de la geografía, es difícil defender la presencia de la República Checa en el Este Europeo. El país está prácticamente alineado con Austria y más al oeste que Finlandia y Suecia, siendo que Praga está más al oeste que Viena, Estocolmo o Helsinki.

¿No estás de acuerdo? Puedes no estarlo, pero si no quieres aparecer como alguien desagradable a los ojos de los checos, no coloques al país en la Europa del Este. Es mejor hablar de Europa Central.
No llames a la República Checa de Checoslovaquia
Actualiza tu mapamundi: Checoslovaquia dejó de existir en 1992. No metas la pata ni pases vergüenza al decir algo así a un checo.

No te comportes como si checos, polacos, eslovacos, rusos y cualquier otro pueblo de la región fueran la misma cosa.
No lo son.
No critiques al país
A pesar de que los checos critican mucho su propio país y su gente, no les gusta que los extranjeros hagan lo mismo. Es parecido al sentimiento que los padres tienen por los hijos: solo ellos pueden hablar mal de sus hijos, nadie más. Este sentimiento, por cierto, es común en muchos otros países donde no están bien vistas las críticas de los extranjeros.
No uses zapatos dentro de casa
Si te invitan a una casa checa, quítate el calzado nada más entrar y quédate con los calcetines – o si te ofrecen pantuflas, acéptalas. Y si fuera invierno y tus botas estuvieran sucias, quítatelas fuera de casa y déjalas ahí, nadie te las va a robar.
Lo importante: nunca, nunca, nunca entres en una casa con zapatos.
Repetimos: nunca.
Puede que los anfitriones digan que no importa, que te puedes quedar calzado, pero lo dirán por cortesía, porque en realidad te van a profesar un odio profundo.

No hables alto
No tienes que susurrar, pero tampoco tienes que hacer que tu voz sea la única que se escucha en el ambiente.
Quédate a la derecha en las escaleras mecánicas
El lado izquierdo de las escaleras mecánicas está reservado para los que tienen prisa y quieren adelantar. El lado derecho es el del que quiere quedarse parado. Desobedecer esa regla es la receta perfecta para oír alguna palabra malsonante en checo.

En el transporte público, deja que las personas salgan antes de entrar
Es más fácil entrar en el metro, un tranvía o un autobús después de los pasajeros hayan terminado de bajar, ¿no? Sigue esa lógica y no te metas antes de que el último pasajero haya salido. Igualmente, no te quedes de pie en el medio de la puerta obstaculizando el paso de los que bajan, ponte a un lado, y espera. En la inmensa mayoría de los casos el conductor va a esperar a que todo el mundo suba antes de ponerse en marcha.
Si estuvieras dentro de un transporte público abarrotado, deja que las personas bajen.
Si hiciera falta, sal para que las personas puedan bajar, y vuélvete a subir.
Cede el asiento para personas mayores, discapacitados y madres o padres con niños pequeños.
Esto, la verdad, no es una regla de etiqueta checa: debería ser una regla de etiqueta mundial. De hecho, yo diría que hay que ceder el asiento a cualquiera. Recuerda que tú estás de vacaciones, por más cansado que estés, vas a poder dormir más que el trabajador que vuelve a casa después de un día agotador.

Da alguna propina
En bares y restaurantes, el servicio nunca está incluído en la cuenta. Si quieres dar una propina, calcula aproximadamente un 10% del importe total de la cuenta, y cuando venga el camarero dile el total que quieres pagar. El camarero te traerá el cambio apropiado o, si has pagado con tarjeta, incluirá el importe de la propina en el débito que será cargado a tu tarjeta.
En otros servicios, puedes dar propina de acuerdo con tu satisfacción por el servicio recibido.
Di buenos días y adiós
Acostúmbrate a saludar a las personas, aunque sean totales desconocidos. Haz eso en el hotel, en su apartamento de alquiler, en tiendas pequeñas o grandes, y en cualquier otro lugar donde tu interacción con otra persona sea próxima (como, por ejemplo, en un ascensor).
No hace falta que saludes a todo el mundo en un gran almacén, pero saluda a la persona que te atienda y también al cajero.
Para decir buenos días, di Dobrý den (se pronuncia dobrí den). Para despedirte, puedes intentar el checo Na shledanou (pronunciación aproximada: nas-cle-da-nou).
Si eso te parece complicado, márcate un Good morning o un bye, pero con una linda sonrisa que muestre que sientes mucho no poder hablar en checo.

Sé educado, siempre
Esto en realidad no es una regla de etiqueta, es apenas un consejo general. Las meteduras de pata existen, y suelen ser aceptadas mejor si te muestras como un visitante educado y respetuoso.